Como nos pasa a los adultos, tu hijo/a también necesita en el periodo vacacional desconectar y descansar del ritmo y rutina que lleva el resto del año.
Pero las vacaciones también es el momento idóneo para proporcionarle experiencias que le sirvan para tener mejor conocimiento de él/ella mismo, descubrir posibles aficiones, experimentar nuevas emociones, valorar su entorno, ampliar su círculo social, y sobre todo disfrutar con su familia.
1. PASAR MÁS TIEMPO EN FAMILIA
Planificar actividades que sean elegidas de forma conjunta, por ejemplo; elegir un destino para ir de vacaciones. Es importante que el niño/ adolescente se sienta parte de esa elección para disfrutar con la compañía de su familia.
Otra experiencia que reforzaría a la familia, sería conocer la raíz de la misma: visitar la ciudad natal de sus padres. Conocer tradiciones y costumbre de ese lugar, degustar el plato típico, pasear por lugares donde sus padres jugaban, conocer a sus amigos, con quienes compartieron aventuras…
Los encuentros con abuelos, tíos y primos formarían un escenario perfecto para que sienta los lazos afectivos que hay en una familia.
2. VALORAR LA IMPLICACIÓN DE CADA MIEMBRO DE LA FAMILIA PARA UNA BUENA CONVIVENCIA
Asignar tareas domésticas durante las vacaciones puede cambiar la visión del niño/ adolescente: sin prisa de horarios ni tiempo, es el momento perfecto para hacerle ver que si todo aportamos, la convivencia será más positiva. Por ejemplo, diseñar un menú en conjunto, donde cada componente haga la elección de un plato, y se responsabilice de una tarea: ir a comprar los ingredientes, cocinar los platos, preparar y recoger la mesa, y limpieza de cocina.
Se trata de hacerle partícipe y responsable de forma diferente y divertida en la realización de las tareas domésticas. Que perciba el valor de la organización y cooperación como bien común.
3. APRECIACIÓN Y CUIDADO DE LA NATURALEZA
Invitarle a dar un paseo en bici, cenar en la playa, acampar en la sierra, plantar y cuidar una flor, recoger frutas y verduras del tiempo, conocer tipos de árboles, hacer actividades de reciclaje (jabón con aceite usado, macetero con botelllas usadas, mesa con palet….), son actividades perfectas para inculcarle el valor de cuidar el medio ambiente y disfrutar con las cosa más sencillas que nos da la naturaleza.
4. FACILITAR CIRCUNSTANCIAS QUE DESPIERTEN EN ÉL/ ELLA LA IDENTIFICACIÓN Y EXPRESIÓN DE EMOCIONES
Al disponer de más tiempo, puede disfrutar de experiencias nuevas que le permitan conectar con otras emociones, por ejemplo, hacer una salida en piragua, subirse a una noria, cuidar a un animal…
Como actividad complementaria, y con el fin de ayudarle a reflexionar sobre la sensación que ha experimentado durante la actividad, le podemos animar a que deje reflejado en un papel qué ha sentido en ese momento.
5. NUEVOS ENTORNOS O ACTIVIDADES QUE LE SIRVAN PARA IDENTIFICAR NUEVOS GUSTOS Y AFICIONES
Asistir a conciertos, clases de algún instrumento musical, clases de composición y canto, grupos de teatro, taller de narración, de poesía, clases de patinaje, salir a pescar, salir a bailar, hacer una ruta a caballo… todos ellos son una muestra de actividades que se corresponden con la práctica de diversas aficiones.
Las vacaciones son el momento idóneo para descubrir nuevos hobbies.
6. MANTENER LA RELACIÓN CON SUS COMPAÑEROS
Es importante transmitir a nuestro hijo/a el valor de apreciar la amistad y mantener la comunicación fuera del entorno escolar. Los amigos juegan un papel imprescindible para que se sienta parte de un grupo, como ser social y también individual.
Podemos proponerle que invite a sus amigos a casa: hecer una merienda, pasar un día de piscina, o escribirle una postal desde su lugar de vacaciones.
7. AMPLIAR SU CÍRCULO SOCIAL
Conocer nuevas personas en lugares diferentes mejorará sus habilidades sociales y su comunicación, y hasta en ocasiones puede servir para ayudarles a vences su timidez a la hora de relacionarse con los demás. Asistir a un campamento, por ejemplo, puede resultar muy beneficioso para su desarrollo social, sin olvidar que es una oportunidad más para reforzar su autonomía.
8. AYUDARLE A QUE APRECIE EL DESCANSO
Conforme vamos creciendo y teniendo más responsabilidades, aprendemos a valorar el tiempo que tenemos para nosotros mismos. Es importante que enseñemos a nuestro hijo/a a poner en valor el tiempo del descanso como escenario para conocerse mejor a ellos: qué me motiva, qué no quiero o no me gusta, en qué deseo invertir mi tiempo, o qué me hace encontrarme bien. Obviamente este grado de conciencia se irá adquiriendo con la madurez y el paso de los años. Pero desde tempranas edades podemos iniciarle este aspecto tan importante para su desarrollo emocional.
Un buen punto de partida sería el “momento aburrimiento” de nuestro hijo. Este estado de «no saber qué hacer» es perfecto para que aprenda identificar qué es aquello que puede hacer para disfrutar de ese momento de descanso. Este trabajo de instrospección tendrá su fruto en la vida adulta.
9. OFRECERLE LA OPORTUNIDAD DE PARTICIPAR EN UN VOLUNTARIADO
Son muchos los beneficios que aportan realizar un voluntariado, tanto a nivel personal como social: conocer mejor y estar comprometido con la realidad en la que vive, ser consciente de lo que pasa a nuestro alrededor, desarrollar nuevas habilidades, como la organización, ser más cuidadoso o empático. La solidaridad, la tolerancia y el compañerismo, son algunos de los valores que proporcionan las experiencias altruistras.
10. CONTINUAR CON EL ESTABLECIMIENTO DE NORMAS Y LÍMITES
Si bien es cierto que en vacaciones podemos ser más flexibles a la hora de establecer rutinas (horarios de llegada a casa, comidas o irse a la cama), es necesario mantener las normas y límites que hasta ahora se habían establecido. De lo contrario, a la vuelta, sería más complicado volver a establecerlas. Recordemos que las normas no sólo benefician a la convivencia, sino que también son necesarias para que se sienta seguro.
Atear os acompaña en el crecimiento de vuestro hijo a través de nuestro servicio de Asesoramiento y Coaching Familiar.