Si tu hij@ tiene 8 meses de edad habrás notado como ha cambiado su comportamiento en cuanto a relacionarse con los demás. Te estarás preguntando: ¿cómo es posible que hasta al momento no tenía inconveniente en aceptar estar en brazos de otras personas, y ahora no lo tolera?. Ni tan siquiera en los brazos de los que ya son conocidos para él. Solo quiere estar contigo, su figura de apego.

Pues bien, la causa se llama “angustia por separación”.

Se trata de un hito de desarrollo que aparece entre los 8 a 12 meses y que pertenece al proceso madurativo del área emocional y cognitiva del pequeñ@.

Según la teoría del apego es en esta franja de edad cuando en el pequeñ@ impera su necesidad en todo momento con su persona de referencia; con la que se siente seguro y tranquilo.

¿Cómo se comporta el niñ@?

La ansiedad o angustia que el pequeñ@ siente al estar separado de su figura de apego, le supone tener que enfrentarse y lidiar con los acontecimientos de su entorno. Sin ti se siente desprotegido, puesto que te identifica como la figura que le guías y ayudas en cada momento. Es más, hasta llegar la angustia por separación no se identifica como ser individual, sino que él mismo se percibe como parte de ti.

Tu ausencia, aún siendo momentánea, la siente como algo definitivo, como si no volvieses a estar a su lado. Por eso, cuando no estás junto a él, aún estando en la habitación de al lado, llorará y gritará desconsoladamente. 

Podrás apreciar también esta conducta en el momento del descanso, despertando a medio a noche y manifestando su malestar si no te ve.

¿A qué se debe esta conducta?

Como indicaba al principio de este artículo, este comportamiento es el resultado de la maduración de dos de sus áreas del desarrollo. Expliquemos cada una de ellas:

  – Área cognitiva:

La ansiedad por separación irá mermando cuando el pequeñ@ haya alcanzado uno de los hitos del desarrollo que incluye esta área. Se trata de la “permanencia del objeto”. Es decir, cuando entiende que aunque un juguete que tiene, desaparece de su vista, sabe que está en otro lugar, que no lo ha perdido para siempre.

Justo esta descripción de la no presencia del juguete, es la misma que siente cuando su madre/padre desaparece por un tiempo de su lado. Sabrá que aunque no te vea en ese preciso momento, sigues estando. 

 – Área socioemocional:

El descubrir que él es una persona individual, con sus propias acciones y deseos, y por tanto que es distinto a su figura de apego, hará que vaya adquiriendo el sentido de la identidad: que expresa sus sentimientos y emociones, y que causa efecto en los demás.

Es también en este mes cuando su habilidad psicomotora le permite tener cierta autonomía para desplazarse y explorar por sí mismo; ya sea reptando o gateando. Este hecho sumará para que se sienta más seguro en la interacción con los demás. 

En base a ello, este hito de desarrollo irá disminuyendo en tanto en cuanto el pequeño vaya teniendo mayor conciencia de sí mismo y autonomía en su movimiento. Esto será posible porque también vosotros, sus padres, le transmitís vuestro apoyo y confianza  ante el proceso de identificación por el cual está pasando.

La angustia por separación es un momento necesario para la evolución del pequeñ@, y que, por tanto, acontece en mayor o menor medida a todos los niñ@s. 

Hay que dejar atrás el pensar que la conducta de querer estar siempre junto a su figura de apego es la consecuencia de una sobrecarga de estar junto a su madre. Dejemos atrás el mito de “tu bebé tiene mamitis”.

¿A qué puede afectar?
– Regresión en el sueño:

Quizá notarás una pequeña regresión en el descanso nocturno de tu hij@. Puede que con la ansiedad por separación tenga despertares de forma más consecutiva. Es normal, dada las circunstancias, solo será cuestión de tiempo que se amolde de nuevo a un patrón de sueño más o manos estable al que tenía hasta el momento.

Sigue llevando a cabo las rutinas previas al descanso: ducha, cena, actividad relajante con papás, besos y caricias antes de dejarle en su cuna.

– Lactancia materna: mayor succión del pecho

Ya sabemos que el pecho para el bebé, no es solo es su medio para alimentarse, sino también su elemento para sentirse seguro y tranquilo. Por tanto, no es de extrañar que con la ansiedad por separación quiera pasar más tiempo succionando, o demandar en más ocasiones el pecho. 

– Agravar si está cansado o enfermo 

Es posible que aparezca algún diente, esto hace que esté más irascible y con más necesidad de contacto. La angustia por separación se expresará de forma más constante y acentuada.

– Llevarlo al centro escolar

Si habéis decido llevar al pequeñ@ a guardería en torno a los 8 o 9 meses coincidirá con el auge de la angustia por separación. No es un buen momento para él tener que aprender a interaccionar en otro contexto con agentes ajenos a él.

Recomiendo que si tiene que llevarle a guardería, lo hagas antes de los 7 meses o después de los 12 meses.

¿Cuánto dura?

Partiendo de que cada niñ@ tiene su ritmo madurativo, aproximadamente sobre los 12 meses habrá adquirido la capacidad percibirse como persona individual con sus gustos, preferencias y acciones para interaccionar con su entorno.

Un aspecto que contribuye a que la angustia por separación merme es la destreza motora que vaya adquiriendo el pequeñ@, pues alcanzada esta edad, el gateo será más perfeccionado e incluso habrá logrado sus primeros pasos. Como consecuencia, su habilidad para explorar, hará que afiance el concepto de sí mismo.

A partir de este momento, le resultará más fácil adaptarse a extraños y separase de mamá.

Ahora saben que los padres siguen existiendo, aún estando sin su presencia horas, aunque no pueda verlos.

Tu hijo ya habrá desarrollado una sensación de seguridad en otras personas que le cuidan, además de sus padres.

 ¿Cómo ayudar a tu hij@?

Tu pequeño dejará de llorar en cuestión de minutos una vez que te vea irte. Cuando no te vea, y quede a cargo de otra persona que le cuide, dejará de llorar. Utilizará el llanto o grito para demandar tu atención y transmitir que no quiere que te vayas.

1. Durante el periodo que dure la angustia por separación podemos recurrir a objetos transicionales, también llamados juguetes de apego. Son aquellos que siempre tienen cerca y con los que se siente protegidos o acompañados. Por ejemplo, un peluche, o una  manta. Gracias a este juguete le resultará más llevadero o tolerar esta situación de angustia.

2. Ayúdale a afrontar la separación a través de la práctica: podemos recurrir a sus momentos de exploración. Cuando gatee y se dirija a otras estancias de casa no vayas tras él de inmediato, espera unos minutos.

3. Si está jugando y tienes que ir a hacer alguna tarea, dile a dónde vas y que regresas en un momento. Puede que demande tu atención al instante. Ante esta situación es preferible llamarle desde donde se encuentre, antes que acudir de inmediato a su demanda.

Estas pequeñas prácticas le ayudarán a ir dándose cuenta de que no pasa nada si no estás en ese preciso momento junto a él, por que finalmente vas a volver.

4. Si ya asiste a guardería, es recomendable dejarle con la educadora en un estado de tranquilidad. Tómate tu tiempo para despedirte de él/ ella. Sería fabuloso jugar unos instantes junto él en este entorno. Despídete diciéndole que volverás más tarde.

5. Cada vez que salgas de casa y lo dejes a cargo de otra persona despídete de él con el gesto de manos, y ofreciéndole su juguete de apego (transicional). Intenta que este momento sea el ritual que anuncie la despedida.  El tener una rutina de tu salida le ayudará a sentir menos angustia, al mismo tiempo que irá ganando confianza en su independencia y en ti.

6. En el momento que salgas de casa, dile en qué momento volverás. Por ejemplo: “vuelvo para la merienda de la tarde”. Esto también le ayuda a que sienta esa confianza.

Recuerda que la comprensión del niño está mucho más desarrollada que la emisión de palabras.

7. Compartir tiempo de juego en otras estancias y junto a otras personas: casa de abuelos, tíos, jugar en parque, con primos…

Atear os acompaña en el crecimiento de vuestro hij@ a través del servicio de Asesoramiento y Coaching Familiar.