Seguro que la primera pregunta que te estarás haciendo es saber qué es significa el término de Estimulación Oportuna, y qué relación tiene éste con el de Estimulación Temprana.
Ambos conceptos significan lo mismo, pero ya somos muchos los profesionales que nos dedicamos al neurodesarrollo los que optamos por emplear el término de Estimulación Oportuna, pues temprana quizá tenga tintes de “antes de tiempo”, cuando justamente la finalidad es la contraria. Pues la estimulación tiene como principio básico acompañar, lo que supone, partir de la situación del niño, de su ritmo madurativo y de sus necesidades.
Es por todo ello que es mejor emplear ESTIMULACIÓN OPORTUNA (estimulación pertinente, adecuada).

¿EN QUÉ CONSISTE LA ESTIMULACIÓN OPORTUNA?

Se trata de brindar al niñ@ las experiencias necesarias para que se desarrolle de forma íntegra. Es decir, darle los estímulos necesarios y oportunos acordes a su edad, ritmo/momento madurativo y atendiendo a sus necesidades, y de esta manera vaya evolucionando en todas los aspectos que conforman su desarrollo.
Estos aspectos son las áreas del desarrollo; el todo de una persona.
Gracias al desarrollo de las mismos, logramos caminar, escribir, hablar y comunicarnos, aprender conceptos a interaccionar con el entorno en el que vivimos, a identificar y gestionar nuestras emociones, y a ser autónomos y responsable en la medida en la que vamos creciendo.

Ahora bien estás, hay que hacer un inciso y dejar claro que aunque las personas evolucionamos, aprendemos a lago de toda la vida, el momento en el que lo hacemos de forma más rápida y de forma más significativa, es durante los primero seis años de vida.

Esto se debe a que cuando nacemos nuestro cerebro está lleno de miles de neuronas esperando a unirse entre ellas (conexiones neuronales). La principal característica de nuestro cerebro en estos primeros años de vida es su plasticidad, lo que se traduce en decir mayor facilidad de aprendizajes. Es más, de 0 a 6 años de edad tiene lugar los aprendizajes que serán la base para ir adquiriendo posteriores aprendizajes cada vez más complejos y a lo largo de toda la vida.
Es en esta franja de tiempo cuando se produce los aprendizajes básicos: caminar, hablar, expresar emociones, atender y responder a estímulos para interaccionar con nuestro medio, así como o el inicio en el aprendizaje de leer y escribir

Líneas rojas indican la cantidad de conexiones neuronales (aprendizajes)

Las experiencias que brindes a tu hij@ deben responder al desarrollo de las habilidades que conforman las áreas del desarrollo.
Por ejemplo, para ayudar a que tu hijo gateé, previamente a este hito deberás de haberle brindado las experiencias necesarias para que haya adquirido el apoyo en suelo sobre sus antebrazos y manos, sus brazos, a que volteé, a que agarre objetos, a que repte, a que se ponga en cuadrupedia…

Si piensas que todos los niñ@s aprenden, por ejemplo a gatear porque es una capacidad con la que nacen, y que por tanto, logrará este hito de forma innata, te diré que no es así. Para desarrollar esa capacidad necesita estímulos, experimentar con su cuerpo.

Nacemos con la capacidad, pero no con la habilidad para desarrollarla”. Para desarrollarla, necesitamos de un ambiente adecuado que nos proporcione las estímulos pertinentes”.

¿DÓNDE DEBE HACERSE LA ESTIMULACIÓN OPORTUNA?

El primer entorno de referencia es la familias. El hogar es el contexto más natural del niño, y por tanto el primer responsable en darle al niñ@ las experiencia que éste necesita para que vaya madurando.
Es en casa donde se le debe brindar las primera experiencias para su desarrollo.
Todo empezará a partir de un apego seguro entre el bebé y sus padres. Solo a partir de ahí el pequeñ@ estará preparado para ir recibiendo estímulos.
Será más adelante cuando se dará cobertura a otros entornos como guarderías y centros educativos. Pero es importante que el entorno familiar siempre esté cooperando con la aportación de los otros contextos.

¿CÓMO PRACTICAR LA ESTIMULACIÓN OPORTUNA?

  • Dando experiencias lúdicas: actividades y juegos.
    La primera clave y premisa para una correcta estimulación, es que el niños vaya madurando, desarrollando las habilidades propias de cada área del neurodesarrollo, de forma fluida y siempre mediante el disfrute. No hay cabida a relacionarlo con una practica de presión.
  • Establecer un espacio, entorno y momento adecuado para la rutina de ofrecerles los estímulos: lugar acogedor, con estados de tranquilidad y disfrute tanto del niño como de sus progenitores.
  • Partir siempre del momento evolutivo del niño, atendiendo a su ritmo y necesidades.
  • Saber qué estímulos son lo adecuados a ofrecer, y para ello los padres requieren de un terapeuta en neurodesarrollo. Quien se encargará de acompañarles y guiarles en el proceso evolutivo de su hij@: qué estimular, cuánto tiempo, que recursos utilizar…

Los padres no son ni deben ser terapeutas, pero si tienen la responsabilidad de saber qué necesita su hij@, y cómo dárselo.

Atear os acompaña en el desarrollo íntegro de vuestro bebé, a través del servicio Estimulación Oportuna.