Primeramente tenemos que partir de esta premisa: el hecho de que el niñ@ se toque sus genitales desde la primera infancia es un hecho totalmente normal y necesario para la evolución de su desarrollo. Por tanto, hay que tener claro que se trata de otro hito más en el desarrollo de tu hij@.
En un primer momento se ve motivado a tocarse por la necesidad de conocer su cuerpo, y más adelante porque le produce placer. El niñ@ estimula todas las partes de su cuerpo que le producen placer. Para él/ella este hecho no tiene la connotación que para el adulto. Para tu hij@ no habrá distinción entre una parte u otra de su cuerpo, no distingue entre sus genitales y panza.
A continuación os comentaré las principales cuestiones que configuran este tema y cómo abordarlo desde la crianza.
¿Qué finalidad tiene este hecho en el desarrollo del niñ@?
Que tu hij@ se toque sus genitales es necesario para su identidad y comportamiento sexual, y por tanto, como cualquier otro aspecto, necesita de un proceso acorde a su etapa madurativa.
¿Cuándo empieza este momento?, ¿qué caracteriza cada etapa?
- A lo largo del 1er año de vida: exploración para descubrir su cuerpo.
Toca y manipula las parte de su cuerpo como los manos y pies, e inclusive chupa objetos y juguetes. Lo hace como medio de exploración y reconocimiento.
- Entre el 2º y 3er año de edad: identificación de sus genitales y exploración de los mismos.
– Al retirarle el pañal es consciente de una parte más de su cuerpo, la cual hasta el momento no la tenía presente: sus genitales.
Este descubrimiento tomará más protagonismo con el hecho de tocarse y obtener gusto y placer.
A ello se une que tras la retirada del pañal, pondrá más resistencia a ir a al baño, como consecuencia es muy típico ver al pequeñ@ tocarse o agarrarse sus genitales para impedir que el pipí salga.
– Identifica la diferencia entre el cuerpo de niño y de la niña a través de sus genitales: pene/ vagina.
– Comienza a mostrar sus genitales abiertamente con naturalidad, e inclusive con risa.
- Entre los 4- 6 años de edad: continuación con la fase de explotación.
– Su necesidad de conocer más sobre sus genitales hace que se traspase al plano de sus iguales, siendo típico que juegue con sus amigos a ser médicos, enfermeras, o simular ser papá y mamá.
– Son frecuentes las preguntas como:¿cómo viene un bebé al mundo?, ¿Cómo nace?
Al final de esta etapa, y adentrada ya en los 7 años, va percatándose de que en el mundo del adulto, no es correcto ni mostrar ni tocarse sus genitales de forma pública. Esto apreciación será posible porque va saliendo de esa etapa de egocentrismo que hasta el momento le caracterizaba; ahora es capa de percibir los sentimientos o gustos de los demás.
- Entre los 7- 9 años de edad
– En este periodo de tiempo deja de estar tan latente el comportamiento sexual de tocarse. Podemos hablar de un cierto “adormecimiento”, el cual se retomará de forma más notoria a los 10-12 años con la llegada de la pubertad.
En la pubertad su cuerpo se estará preparando a nivel hormonal para cuando llega la adolescencia; etapa en que su comportamiento y necesidad sexual serán una de las características más presentes.
– Apreciación de cierta vergüenza y pudor para enseñar su cuerpo: no querrá que nadie le vea desnud@, le resulta incómodo. La rutina de sus higiene o el ir al baño reclamará hacerlo sol@.
¿Cuándo debemos prestar atención?
Según las orientaciones mostradas por el Informe Clínico de American Academy of Pediatric (AAP), Evaluation of sexual Behaviors in Children (Evaluación de comportamientos sexuales en los niños) se debe presentar atención ante:
– Introducción de objetos en los genitales
– Irritabilidad de los genitales
– Comportamiento persistente y que impida el desarrollo rutinario de otras actividades.
Por el contrario, el tocamiento normal es el llamado “ transitorio”, correspondiente a una media entre 2 a 4 veces, durante periodos de 4 a 10 minutos.
– Cuando queremos desviar su atención hacia otra alternativa como jugar o hacer otra actividad, y responde con irritabilidad y enfado de forma duradera.
¿Cómo actuar desde casa?
1. Tratar con normalidad este hito de desarrollo, y por tanto mostrar una actitud de comprensión y tranquilidad.
A esta actitud le sumamos el empleo de un lenguaje correcto, es decir, no emplear diminutivos ni llamar a los genitales con otro nombre. Pues de esta manera, estaríamos desvalorizando la presencia de esta parte del cuerpo, tan necesaria como lo es cualquier otra.
Mostrarle a tu hijo un comportamiento de normalidad, le facilitará el que vaya forjando su identidad sexual como algo saludable y positivo en su vida. Y no por le contrario tenerlo como un tema tabú, que pueda desembocar en sentimientos de culpabilidad y desagrado.
2. Saber identificar qué comportamiento son los esperados en cada edad (mostrar sus genitales, tocárselos públicamente, querer ver los de su padre/madre y amigos, desnudarse de forma espontanea, e incluso en forma de risa), así como aquellos otros comportamientos poco normales o poco frecuentes, y que pudieran desembocar en un problema.
3. Si tu hij@ va tomando por costumbre tocarse en público, hacerle ver que no está mal lo que hace. Transmitele que tú sabes y entiendes que lo haga, pero que ese momento forma parte de su intimidad, y en consecuencia lo debe de hacer en un momento y lugar en el que esté solo. Por ejemplo cuando esté en el baño o en la ducha.
Siempre debemos de evitar que tenga este comportamiento sexual en lugares comunes como el salón o la cocina.
Cierto es que a la edad de 3 años o 4 aun está inmadur@s su capacidad de comprensión para hacerle ver el significado de intimidad, o en privado. Pero sobre los 5 y ya en los 6 años de edad si que puede apreciar el significado de la privacidad y lo íntimo. Para que lo comprenda, lo mejor es recurrir al ejemplo de cómo y dónde hace sus otras acciones: cuando se ducha, lo hace sol@, o con la ayuda de mamá o papá; vestirse y desvestirse en su habitación. De igual manera que no es correcto hacer pipí en el salón, o comer en el baño; tocarse los genitales no es correcto hacerlo en el salón o en la cocina.
4. Nunca recurrir a castigo ni riñas.
Por lo general el niñ@ recurrirá a esta comportamiento sexual en un momento transitorio: cuando va al servicio o durante el baño, puesto son los momentos en que está con sus genitales al descubierto. Pero también ocurrir que lo haga de forma persistente.
Si es así, propón a tu hij@ hacer otra de actividad de su interés. Hay que tener en cuanta que a veces, el hecho de estimularse sus genitales lo hace porque se sienta aburrid@, e inclusive como recurso para descargar tensión o ansiedad acumulada (en este caso recurrir a masaje, respiraciones, escuchar música relajante…).
5. Cuando quiera llama tu atención a través de comportamientos, como desnudarse en casa o tocarse los genitales en público en forma de risa, ignorarle. Si te centras en repetirle una y otra vez que eso no esta bien, lo que estarás haciendo es justo lo contrario: reforzar una conducta que tú quieres que desaparezca.
Dile que ahora de forma asertiva que no es el momento ni el lugar.
De inmediato cuando pase a hacer otra actividad, prestarle de nuevo atención y refuérzale positivamente.
Atear os acompaña en el crecimiento de vuestro hijo a través del servicio de Asesoramiento y Coaching Familiar.
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